Si ya de por si las redes sociales (Facebook, Twitter, y mas) son una quitadera de tiempo, no contentos ahora te incluyen unas aplicaciones muy monas para que termines de perder todo el mendigo día, estoy hablando por supuesto de los juego de las redes sociales... Resulta que el día de hoy me to´pe con un jueguito en mi facebook que me latió mucho por su simplicidad, estoy hablando del famosísimo Café World. Es un juego bastante sencillo donde sólo vas preparando platillos para tus comensales en tu pequeño restaurante, que por supuesto puedes ir ampliando conforme ganes dinero, lo que me llamó la atención es que no te pagan lo suficiente como para ampliar tu local en un dos por tres, sin encambio te ponen un local en donde puedes comprar billetitos si así lo deseas y obvio con tarjeta de crédito en mano, no sé que tan riesgoso sea eso, pero yo nunca en la vida lo haría...
Bueno ya en otra ocasión habia jugado también en el Facebook un juego que se llama Kindoms of Camelot, en éste vas haciendo tu reinado y toda la onda, esta bueno, pero de igual manera tienes que hacer demasiadas cosas para avanzar y sencillamente son una pérdida de tiempo para la gente que trabaja, estudia o hace cualquier otra cosa productiva, para las personas que no tienen una actividad fija esta muy bien ya que se avientan todos los logros que no se pueden ni imaginar, convirtiéndose en todos unos "Masters" del juego de las redes sociales...
Lit bubbles
jueves, 23 de junio de 2011
Los tazos...
Nunca un pedazo de plástico circular tuvo tanto éxito. Si existiera en el mundo una clasificación global de modas estúpidas y duraderas (que seguro que existe, pero yo no la conozco) los Tazos ocuparían un lugar de honor en los primeros puestos de la lista, junto al Regaetton. Todo comenzó hace muchos años cuando las grandes empresas quisieron incrementar sus ventas en sus productos chatarra, aquellos que nos devorábamos al salir de la escuela, o un dominguito por la tarde cuando te daban tu "domingo" y contabas con 3 o 5 pesos para poderte comprar lo que quisieras, total que a estas compañías se les prendió el foco y entonces comenzaron a sacar a la venta su valiosa mercancía a un bajo costo (según ellos) y como regalo podías obtener un tazo que no era otra cosa que un circulito de plástico con la imagen de los personajes de moda (los looney toons en aquella época), la gracia era reunir la mayor cantidad posible y, básicamente, acumularlos como si de un tesoro de plástico se tratara. Sin embargo, existía también la posibilidad de utilizarlos para apostar con tus amigos, dando nuestros primeros pasos hacia la ludopatía. La mecánica era sencilla: se colocaban los tazos de los distintos participantes en una torre y, por turnos, los apostantes lanzaban un tazo contra la torre, intentando derribar la mayor cantidad posible. Los que caían boca arriba, te los quedabas, y el resto los devolvías al montón
Poco después comenzaron a surgir variantes, como los MasterTazos, unos tazos más grandes que hacían estragos cuando los lanzábamos, haciendo saltar fácilmente por los aires toda la torre. Estos eran, evidentemente, los más codiciados.
Me gustaría dedicar una mención especial a los tazos voladores, que eran como estrellas ninja pero en versión chick y de plástico. Básicamente, contaban con una serie de incisiones en la circunferencia y una especialmente preparada para colocar en ella otro tazo y propulsarlo. Es difícil de explicar pero, por así decirlo, utilizábamos un tazo para lanzar al otro.
En fin, un invento tremendamente simple que todavía perdura. Cada vez que veo a un niño con su bote de tazos, me sorprendo de que sigan fabricándose.
Poco después comenzaron a surgir variantes, como los MasterTazos, unos tazos más grandes que hacían estragos cuando los lanzábamos, haciendo saltar fácilmente por los aires toda la torre. Estos eran, evidentemente, los más codiciados.
Me gustaría dedicar una mención especial a los tazos voladores, que eran como estrellas ninja pero en versión chick y de plástico. Básicamente, contaban con una serie de incisiones en la circunferencia y una especialmente preparada para colocar en ella otro tazo y propulsarlo. Es difícil de explicar pero, por así decirlo, utilizábamos un tazo para lanzar al otro.
En fin, un invento tremendamente simple que todavía perdura. Cada vez que veo a un niño con su bote de tazos, me sorprendo de que sigan fabricándose.
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